Historia

La historia de Zucaina ha estado vinculada a la del resto de pueblos que forman la comarca del «Alto Mijares». El origen islámico de Zucaina se evidencía al oír su nombre. La leyenda cuenta que correspondía al nombre de una favorita del rey moro de Valencia, a la que este habría donado sus tierras. Aquí se mezclan historia y leyenda. Lo cierto es que el topónimo Zucaina procede seguramente del árabe «sukayna» que significa tranquilidad, dulzura, quietud.

Los restos más antiguos de la ocupación por el hombre de estas tierras que conforman el término municipal de Zucaina están en el Mas de Rul y pertenecen al Neolítico y al Eneolítico. Desde hace casi medio siglo, están siendo objeto de excavaciones arqueológicas el poblado ibérico de «La Escudilla» y el de «Los Cabañiles», en este último se ha encontrado lo que podría ser un gran centro sagrado con túmulos funerarios. Los dos yacimientos están datados entre los siglos IV y V a.C. De la dominación árabe quedan pocos vestigios, sólo los cimientos de la torre-castillo de «Chirivilla» (que está representada en su escudo, junto con una mata de maíz y un ave de caza).

Los últimos años de la dominación musulmana la comarca estuvo dominada por el destituido gobernador de Valencia Abu Said Abderraman, que firmó tratados de vasallaje y protección con Jaime I, pasando a ser un señor feudal del mundo cristiano.Bajo su control se repoblaron con cristianos aragoneses pueblos situados cerca de los límites con Teruel; Puebla de Arenoso, Villahermosa del Río o Zucaina.

A finales del siglo XV se crea el ducado de Villahermosa, que acabará por ser uno de los títulos más importante de la monarquía hispánica. Como parte de este ducado destacará la villa de Zucaina, de origen musulmán pero totalmente transformada con la repoblación cristiana. Su estructura urbana, heredada de la época medieval, es característica de este período y aún se puede distinguir en la actualidad con tres calles paralelas y una placeta central. En la parte más alta del pueblo surgió el barrio de Santa Bárbara, con la misma estructura del núcleo central de la población y con una ermita que originariamente debió ser una mezquita.

A finales del siglo XVII y principios del XVIII vivió en Zucaina la familia Sebastián que tuvo un papel importante en asuntos económicos y políticos. Entre sus miembros destacó Vicente Sebastián, sacerdote y autor del libro «Diccionario católico y declaración de la doctrina christiana…». Otro miembro de la família , Gaspar, fue abogado y beneficiado de la Catedral de Valencia.

Con los decretos de Nueva Planta y la imposición por los Borbones al reino de Valencia de las leyes de Castilla, la Gobernación «dellà, lo riu d’Uxó»(equivalente a la actual provincia de Castellón) se dividió en tres partidas o gobernaciones; Peñíscola, Castellón y Morella; a esta última perteneció Zucaina hasta la creación de la división provincial durante la segunda mitad del siglo XIX.

Algunos episodios de la historia española del siglo XIX tuvieron especial incidencia en Zucaina. Durante la Guerra de la Independencia «La Guerra del Francés», 1808-1814, el pueblo padeció el ataque de las tropas francesas. En enero de 1813 cuando ya estaban en retirada saquearon la iglesia, el ayuntamiento y destruyeron y quemaron casas. Otro episodio bélico en el que se vio involucrada fueron las Guerras Carlistas (1833-44).Los pueblos de la comarca tuvieron que contribuir a la fortificación del Castillo de Villamalefa con la aportación de dinero, hombres y materiales.

Desde mediados del siglo XVIII la población fue creciendo, llegando a los 1.285 habitantes en 1886. Más de la mitad de la población vivía en masías, entre las que destacan «El Cañuelo», «Chirivilla», «Fuentes», «El Rebollo», «El Mas de Rul» y «La Parreta»… A partir de esos años se inició un descenso, aunque en 1900 aún se superaban los 1.000 habitantes.

Desde los años 50 la regresión fue muy rápida, con una fuerte emigración primero a Cataluña y después a los pueblos industriales de la comarca de la Plana, que ha dejado en el pueblo menos de 200 habitantes.